¿MEDITAR? ¿RELAJARME? ¿PENSAR EN NADA? NO TENGO TIEMPO DE HACER ESO…

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Quienes hacen Coaching conmigo suelen decirme que no tienen tiempo para meditar, y que por otra parte piensan demasiado, y les gustaría dejar de hacerlo. Al respecto, tengo dos buenas noticias: una es que si meditaran, dejarían de pensar tanto. La segunda noticia es aún mejor: no hace falta dejar de pensar, ni de hacer determinadas actividades, para meditar. Se puede meditar mientras uno camina, lava la vajilla o cocina (incluso pensando al mismo tiempo). No es fácil, por supuesto; pero es posible.

Transcribo a continuación un fragmento de mi libro ¿Dónde está mi Felicidad?:

"prueba ahora ser testigo de lo que sucede, tanto alrededor como dentro de ti. Me refiero a las sensaciones que experi­menta tu cuerpo, los sonidos que percibes, las luces que ves, e incluso los pensamientos que atraviesan tu mente. No juzgues lo que sucede como bueno o malo. No le pongas nombre a los sonidos ni a las sensaciones que percibes. Limítate a darte cuenta de que puedes ser testigo de toda esta actividad, y que incluso puedes convertirte en el testigo de tus propios pensa­mientos.

¿Has logrado esta experiencia? Si lo has hecho, esto signi­fica que te has dado cuenta de que existe algo más por encima de tu pensamiento, y que ese algo es capaz de advertir que tú estás pensando.

Prueba esta experiencia con frecuencia, y advierte cuán poderosa es. Observa tus pensamientos con mucha atención, y verás cómo nacen y mueren dentro de tu mente, y cómo son reemplazados por otros, que siguen el mismo curso. Y a pesar de ese recambio permanente, el ser o la conciencia que observa esos pensamientos permanece inmutable. Este es el principio de la meditación".

Como podrá verse, para tener una experiencia de meditación no hace falta aislarse. Basta cambiar el foco de la atención. Por lo demás, los beneficios de la meditación son muchos: descenso de la presión arterial, reducción de la ansiedad, relajación, paz interior, etc.

Con respecto a dejar de pensar, no hace falta. ¿Qué hago con mis pensamientos, entonces? ¡No puedo dejar de pensar!, argumentan algunas personas. Pues bien… el truco no es dejar de pensar, sino que el pensamiento no te afecte. No quieras pensar positivamente, o de determinada manera. No procures controlar tu pensamiento. Deja que tu pensamiento haga lo que quiera…

El problema no es lo que piensas, sino lo que piensas (tu opinión) sobre lo que tú mismo piensas. Dicho de otra manera, el problema es que crees que tu pensamiento es la "verdad"… ¿Tu mente se ha vuelto loca? ¿Cuál es el problema? Lo importante es que la locura de tu mente no te afecte a ti… si observas tu mente como observas a los peces que se mueven dentro de una pecera, de lejos, sin involucrarte, tu pensamiento dejará de afectarte.

Si un loco enfurecido te grita, puedes reaccionar; o bien puedes ignorarlo. Con tu pensamiento sucede lo mismo. Puedes llevarle la corriente, o ignorarlo. Llevarle la corriente te convierte en lo que tú piensas. Si lo ignoras, en cambio, dejas de ser tu pensamiento, y te ubicas por encima de él. Lo miras desde la autoconciencia, y así tu actividad mental se diluye en esa conciencia testigo, y poco a poco va perdiendo intensidad y poder.

Observa atentamente tus pensamientos…. Míralos. ¿Son verdaderamente tuyos? ¿Eres tú el que piensa, o eres el que observa esos pensamientos? Si crees ser el que piensa, estás a merced de tus pensamientos. Y como no puedes controlar tu actividad mental, eres esclavo de lo que piensas. Si por el contrario te das cuenta de que tú no eres el que piensa sino que el observa tu propio pensamiento, te sumerges en el reino de la experiencia pura, de la conciencia, de la libertad.

 

JORGE GUASP

COACH Y ESCRITOR



Fuente: ¿MEDITAR? ¿RELAJARME? ¿PENSAR EN NADA? NO TENGO TIEMPO DE HACER ESO….