APRENDIZAJES SOBRE LA ANSIEDAD
-Mamá, ¿cuándo viajamos a la playa?
-Ufffff, faltan como tres meses…
-¿Y eso es mucho?
-Y, sí. Tiene que terminar la primavera, y llegar el verano…
-Pero mamá… ¡yo quiero irme ya!
Desde niños, nuestros padres fomentan las ilusiones sobre el futuro, hablándonos de la fiesta que nos harán para el cumpleaños, de lo bien que lo pasaremos en casa de los parientes en el verano, de lo hermoso que será el nuevo colegio, o la bicicleta que nos comprarán el mes que viene. Esta actitud, que obviamente tiene la mejor intención (hacernos felices), entraña al mismo tiempo una trampa sobre la ilusión del futuro, y sobre la evasión del presente.
Hace poco hablaba de esto con una amiga, y me decía que cuando su hija empezaba a preguntar por el futuro, ella respondía: "No pienses en el futuro; tienes que vivir el día a día". La intención de la madre es muy buena. Sin embargo, para un niño la expresión "vivir el día a día" no tiene mucho significado. No lo tiene, en verdad, ni siquiera para un adulto, puesto que nadie nos enseña a "vivir el día a día", y casi nadie lo hace, aunque todos digamos: "sé que mañana puedo morir; por eso, vivo el día a día".
Saber que podemos morir en cualquier momento no basta para volvernos más concientes de la vida. Sufrí dos accidentes en que pude haber muerto. En ese instante fue conciente de la precariedad de la vida. Pero muy pronto volví a olvidarme del asunto… Vivir el día a día no es gastarse todo el dinero hoy (porque quizá mañana estaremos muertos), ni dejar de preocuparse por el futuro, o de culparse por el pasado, sino centrarse en el momento actual, el único que tenemos y en que todo sucede. Esto requiere algo más que dejar de pensar, y es, por lo demás, el único modo de disfrutar plenamente lo que se hace, o del destino que se visita.
El problema de ansiar el viaje es que la ansiedad no se termina al llegar a la playa, y al relajarse nadando en el mar, sino que es reemplazada por otro deseo, o por la preocupación sobre algo más (lo que sucederá en el hogar durante nuestra ausencia, el anhelo de volver a dormir en nuestra cama, etc.).
Quizá algún día, en la escuela, les enseñen a los niños técnicas que los conecten con el momento actual, con sus emociones y sensaciones, y los alejen de los vanos pensamientos sobre el pasado y el futuro. Así, los niños ya no preguntarán acerca de las vacaciones tres meses antes, sino que aprenderán a disfrutar del momento actual. Y ese aprendizaje les permitirá también disfrutar en el debido momento de las vacaciones, sin preguntarse ni preguntarnos cuánto falta para el regreso a la escuela.
Jorge Guasp
Master en Gestión Ambiental y Coach
Autor de los libros ¿Dónde está mi Felicidad? y El Huemul
www.facebook.com/jorge.guasp.escritor
Fuente: APRENDIZAJES SOBRE LA ANSIEDAD.