Genes influyen en riesgo de espondilitis anquilosante
Aproximadamente un 20% de la población entre 20 y 70 años padece dolor crónico de espalda, es decir, que es constante por lo menos durante tres meses. Una tercera parte de estos pacientes experimenta dolor de tipo inflamatorio, el cual es mucho más común en los jóvenes.
Una enfermedad que causa inflamación y dolor de espalda (sobre todo en la parte baja) es la espondilitis anquilosante, que afecta principalmente a los varones y cuyos síntomas comienzan a manifestarse a partir de los 20 o 30 años, incluso antes.
El paciente tendrá rigidez matinal, dolor crónico de la columna que se mejora con la actividad y empeora cuando está en reposo, e incluso, puede ser tan intenso que despierta al paciente durante la noche, explica el Dr. John Reveille, reumatólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins y profesor de la Universidad de Texas.
En algunos casos, la espondilitis anquilosante puede provocar, además, inflamación en los ojos, el corazón y las articulaciones periféricas.
Los genes tienen un rol importante en esta enfermedad. El doctor Reveille, quien participó en el XIX Congreso de la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar), celebrado en Panamá recientemente, menciona que algunos genes reducen la eficiencia del sistema inmunológico para controlar infecciones. El gen HLNA- B27, que está presente en el 7.5% de los caucásicos, se ha asociado a la espondilitis anquilosante, pues se encuentra en el 90% de quienes padecen la enfermedad. No obstante, el tenerlo no necesariamente implica que esta se manifestará.
El galeno añade que este gen confiere protección contra ciertas infecciones virales como el VIH o la influenza, pero quienes lo tienen son más débiles frente a otras infecciones, como shigella o clamidia. "Este puede ser el disparador de inicio de la espondilitis anquilosante, pero hay hasta otros 40 genes que tienen acción para causarla", indica el especialista.
El diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado ayudan a controlar el dolor y la rigidez. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tratar efectivamente a la mitad de los pacientes, pero la otra mitad necesitará medicamentos biológicos.
Los tratamientos son costosos, reconoce el galeno, pero sin ellos, una tercera parte de los pacientes sufrirá la fusión total de la columna y deformidad. Los medicamentos biológicos son importantes para prevenir la fusión, la discapacidad y la artrosis prematura.
Adicionalmente, el médico tratante puede prescribir terapia física y ejercicios para estimular el movimiento y la flexibilidad de la columna, lo que contribuye a mejorar el pronóstico.
FUENTE: http://www.prensa.com/salud_y_ciencia/Genes-influyen-riesgo-espondilitis-anquilosante_0_4477802267.html
Fuente: Genes influyen en riesgo de espondilitis anquilosante.